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"Podré escribir sobre lo que mis ojos vieron y mis oídos escucharon, pero mucho de lo que viví quedará en mí, porque no tendré palabras para describirlo"

sábado, 27 de enero de 2007

Londres, una ciudad mágica…


No podía estar en Europa y no pasar por Londres; sabiendo que un pasaje desde Barcelona a Londres sale lo mismo e incluso menos que cualquier vuelo dentro de Argentina, no lo dudé ni un instante: definitivamente tenía que ir a ese lugar, era algo que siempre había soñado y tenía la posibilidad de hacerlo. Y así lo hice...
Sabía de antemano que no iba a ser fácil entrar a Inglaterra y, como era de suponer, pasé por un arduo cuestionario en el Heathrow...Lo que sentí una vez que sellaron mi pasaporte es indescriptible, la emoción de poder estar en ese lugar.
En el aeropuerto hay subte (la línea Piccadilly), que me dejó en pleno centro de Londres luego de una hora de viaje. Me alojé en un hostel sobre la Sherwood Street, a dos cuadras de Piccadilly Circus. El estar en pleno centro hace que todo esté cerca; además, es muy fácil ubicarse.
Conocer gente estando en un hostel es muy fácil, haciendo que los pocos días que estuve ahí sean un mix entre la soledad y el hacer sociales; durante el día recorría por mi cuenta y a la noche nos juntábamos entre varios para comer algo y después salir a los pubs. Los horarios son muy distintos a los que uno está acostumbrado, se come temprano, se sale temprano. Los pubs cierran a más tardar a las 12 en punto y las discotecas a las 3am.
En Londres hay mucho para hacer, por lo que lo ideal es tener prioridades acerca de los lugares a visitar. Imperdibles son Westminster Abbey y el Buckingham Palace. Estando en el hostel me recomendaron el Imperial War Museum y la feria de Camden Town (en subte a 10 minutos de Piccadilly, línea Northern) y la verdad que realmente valen la pena.
La entrada a la abadía es cara (20 libras), pero lo vale…tiene una historia muy rica y entrar a ese lugar es retrotraerse en el tiempo, causando por momentos escalofríos; personalmente, lo mejor…
El Buckingham Palace es imponente (aunque no tanto como la abadía), aunque no hay mucho más para hacer que contemplarlo un rato y, si se tiene tiempo y ganas, ver el cambio de guardia (11.30 am)…
Las Torres de Londres, algo también imperdible, (la entrada cuesta 15 libras) son increíbles; fundamental la puerta de los traidores, por ahí han pasado varios famosos de la historia y la torre donde se alojaban los prisioneros (entre ellos William Wallace, Roger Mortimer y Ana Bolena). Estar ahí es increíble, por cada rincón de las torres por donde se pasa se huele historia, es maravilloso, y más lo es imaginar y recrear las situaciones que se han vivido ahí, decir que es impactante no es suficiente.
Respecto a los museos, estos son por lo general gratuitos. Para ir está el British Museum, lleva su buena cantidad de horas recorrerlo todo, es inmenso y tiene piezas arqueológicas de todo el mundo, por lo que lo recomendable es ir con tiempo y muchas ganas, porque puede tornarse pesado y, por momentos, aburrida la recorrida. El Imperial War Museum definitivamente fue el mejor; se recorren cronológicamente las dos guerras mundiales, la guerra fría y la guerra del golfo (dedica una vitrina a la guerra de Malvinas también). Finalmente, también es interesante la Art Gallery. Tener en cuenta que los horarios para los museos es estrictamente de 10am a 6pm.
Algo menos turístico pero no por ello menos impactante, es la católica Westminster Cathedral (sobre Victoria St., a unas 10 cuadras de la abadía), con su estilo muy particular Bizantino del imperio romano que hace contraste con el gótico característico de las demás catedrales británicas. Vale la pena detenerse ahí y tomarse un tiempo para recorrerla, no sólo transmite una sensación de paz y tranquilidad sino que también hace olvidar a uno de que se encuentra en el medio de Londres.
Yendo desde el centro en dirección contraria a la abadía, pasamos por Trafalgar square, se podría decir un clásico de la ciudad y sobre la cual se encuentra la Art Gallery. Siguiendo camino, hacia la zona de los templarios, uno se encuentra parado frente a la St. Paul's Cathedral, imposible no reconocerla por su presencia. A diferencia de Westminster, esta catedral es anglicana y la caracteriza no sólo su estilo barroco sino también su increíble cúpula que no en vano es la segunda más grande del mundo.
Siguiendo camino se llega a la zona de los templarios, con construcciones típicas y fácilmente reconocibles. Allí se encuentra la Iglesia del Temple, caracterizada por un silencio eterno, ausencia de gente y, sobre todo, el misterio que trae aparejado la Orden del Temple.
Finalmente, en relación al transporte, prácticamente no hay problemas para movilizarse. Hay conexiones hacia todos los puntos de la ciudad y es casi imposible perderse, dado que las líneas de subte se distinguen por colores (además del nombre de cada una), haciendo mucho más fácil aún su uso. Los recorridos están divididos en zonas (son 6 en total, empezando por la 1 que es la céntrica) siendo el viaje más económico de £ 3,10 aproximadamente; se puede sacar un boleto diario también o por cantidad de días y por zonas. Respecto a los colectivos, en las paradas está el recorrido de cada uno señalizado con un mapa y líneas de distintos colores que distinguen a uno de otro. Los precios para los colectivos son £ 1,50 por viaje o £ 3,50 si se saca el boleto diario.
Es una ciudad donde hay mucho para hacer y ver, lamenté haber estado ahí tan poco tiempo, pero se que volveré porque realmente lo vale (incluso siendo una de las ciudades más caras del mundo), teniendo en cuenta que es otro idioma me sentí muy cómodo ahí, en contra de mis prejuicios la gente me pareció muy agradable y simpática, dispuestos a ayudar en lo que fuera. La magia está en esa mezcla de historia y edificios impactantes con lo moderno y actual; en el movimiento que hay durante el día y en la soledad que reina por las tardes noches. Encontrar londinenses no es sencillo, dado que es una ciudad de todos y de nadie a la vez, mezcla de razas, costumbres e idiomas…así es la capital de uno de los países que se supo ganar en su momento la fama de Imperio y que se ha sabido ganar no sólo mi respeto sino también mi cariño…


1 comentario:

Anónimo dijo...

Marquitos, que lindo el relato de tu experiencia por Londres. En cada palabra imprimís un detalle,una característica que nos permite viajar un poquito a través de tus ojos y sentir. Que loco y magnífico que hoy 2020 estés por allí.Abrazo Andy